viernes, 9 de marzo de 2012

CONTAMINACIÓN EN EL MUNDO


Chernobyl (Ucrania): El mayor desastre nuclear de la Historia dejó secuelas tremendas y más de 80 mil ví­ctimas directas e indirectas. La radiación emitida superó en más de cien veces a la de Hiroshima y Nagasaki; la ciudad debió ser evacuada y abandonada, convirtiéndose en un pueblo fantasma. Una zona de exclusión de 30 kilómetros permanecerá inhabitable durante siglos. Poco después del accidente, el reactor fue recubierto con un “sarcófago” de cemento diseñado para absorber la radiación. Sin embargo fue sólo una solución temporal que no durará más de otros 10 años y ya se está trabajando en nuevas medidas de contención. La mayor preocupación es el material atrapado dentro de la central nuclear. En caso de producirse un nuevo accidente, más de 100 toneladas de uranio y otros materiales radiactivos podrí­an liberarse con consecuencias imprevisibles.

Dzerzhinsk (Rusia): En esta ciudad rusa situada a 400 km al este de Moscú, se instaló durante la Guerra Frí­a una planta soviética destinada a la fabricación de armamento quí­mico, incluyendo los gases Sarin, VX y otros de altí­sima toxicidad y efectos prolongados. Las emanaciones quí­micas de la planta industrial afectaron a la población local, no sólo durante los años de su funcionamiento sino también mucho después de su cierre debido a una inadecuada gestión de los desechos. Se estima que entre 1930 y 1998, más de 300 mil toneladas de desperdicios quí­micos altamente tóxicos fueron arrojados sin aplicarles el tratamiento apropiado para reducir su peligrosidad. La expectativa actual de vida en Dzershinsk es de 42 años para los hombres y 47 para las mujeres.

Haina (República Dominicana): La populosa región conocida como Bajos de Haina está contaminada con emanaciones de plomo, provenientes de la planta de reciclado de baterí­as para automóviles Metaloxa, cerrada en 1997. Sus niveles tóxicos de plomo son los más elevados del mundo, con trágicas consecuencias: las malformaciones congénitas, lesiones oculares y desórdenes neurológicos son dolorosamente frecuentes en los niños del lugar. Luego de cerrar la planta de reciclado en Haina, la empresa Metaloxa se trasladó a una ciudad más pequeña, en donde continúa contaminando el ambiente.

Kabwe (Zambia): Kabwe es la segunda ciudad más importante de Zambia después de su capital, Lusaka. Forma parte del cinturón minero que representa la principal riqueza de ese paí­s africano. En 1902 se descubrieron importantes yacimientos de plomo y otros minerales como cinc, plata y manganeso. La intensiva explotación dio como resultado la contaminación del agua de la región con plomo y otros metales pesados. Se calcula que los niños de Kabwe poseen en su sangre una concentración de plomo entre 5 y 10 veces superior a la máxima aceptable. El gobierno de Zambia comenzó a tomar medidas para reducir el grado de contaminación recién a partir de 1994, con escasos resultados hasta ahora.

La Oroya (Perú): Desde el año 1922, los niños y adultos de esta ciudad peruana han estado expuestos a las emisiones nocivas de una fundición propiedad de la corporación estadounidense Doe Run. Los principales contaminantes detectados son plomo, cobre, cinc y dióxido de azufre. Las emisiones de este último producto quí­mico son diez veces superiores a lo aceptado por la Organización Mundial de la Salud. Los niveles de plomo en la sangre de los niños de hasta seis meses de edad son tres veces superiores a la máxima aceptada, acarreando graves consecuencias sanitarias. La corporación Doe Run es la principal generadora de puestos de trabajo de la región y ha utilizado sus influencias para acallar las voces que denuncian la contaminación del agua y los suelos debido a su actividad.

Linfen (China): La provincia de Shanxi es el núcleo de la enorme y creciente industria china del carbón, produciendo las dos terceras partes del carbón del paí­s. Su capital, la ciudad de Linfen, es el lugar más contaminado de esa provincia; sus habitantes literalmente se asfixian con el humo del carbón. La demanda de este producto ha provocado la proliferación de centenares de explotaciones mineras ilegales que descuidan por completo las más mí­nimas normas de salubridad. Para empeorar las cosas, el agua potable es un bien escaso en la región y es crí­ticamente racionada: la ciudad de Linfen apenas posee agua corriente durante algunas horas al dí­a. La gente debe recurrir a aguas contaminadas con arsénico, con las obvias consecuencias negativas para su salud.

Mailuu-Suu (Kirguistán): Durante el apogeo de la Unión Soviética, en esta localidad de Asia Central funcionaba una planta de procesamiento de uranio. Entre 1946 y 1968 se procesaron más de diez mil toneladas métricas de uranio, que entre otras cosas fueron utilizados en las primeras bombas atómicas. Tras la caí­da y desmembramiento de la Unión Soviética, la planta fue abandonada, dejando tras de sí­ más de 1.96 millones de metros cúbicos de desechos radiactivos. Los casos de cáncer de Mailuu-Suu duplican al promedio del resto del paí­s. La actividad sí­smica de la región supone una amenaza constante que podrí­a provocar la dispersión de esos desechos, con serios riesgos de contaminar con radiactividad al cercano valle de Ferghana, uno de los más fértiles de Asia Central.

Norilsk (Rusia): En plena Siberia, sobre el Cí­rculo Polar írtico, la ciudad industrial de Norilsk fue fundada en 1935 con el objeto de convertirla en un campo de trabajos forzados. La presencia de abundantes yacimientos de ní­quel y cobre y su explotación indiscriminada contaminaron la región hasta lí­mites intolerables: la nieve es de color negro y el aire huele a azufre debido a la contaminación con sustancias tales como metales pesados (ní­quel, cobre, cobalto, plomo, selenio) óxidos de carbono y nitrógeno, fenoles y sulfuro de hidrógeno. La mortalidad infantil es la más elevada del paí­s: el 15.8% de las muertes de niños rusos se producen en Norilsk. En esta ciudad está completamente prohibido el ingreso de extranjeros, al igual que en otras 89 ciudades en donde el secreto soviético continúa vigente.

Ranipet (India): En esta pequeña población del sur de la India, la negligente actividad de las curtiembres a lo largo del tiempo ha generado una enorme cantidad de desperdicios venenosos que provocan ulceraciones en la piel de la gente del lugar, especialmente en niños y ancianos. Más de un millón y medio de toneladas de desechos tóxicos, en su mayorí­a productos derivados del cromo, se han acumulado a lo largo de veinte años a cielo abierto, provocando la contaminación irreversible de las aguas locales, además de serias complicaciones sanitarias a sus habitantes. Las tierras para la siembra han sido arruinadas por la contaminación con cromo, aumentando todaví­a más el hambre y la pobreza de la zona.

Rudnaya Pristan (Rusia): Otro caso severo de contaminación con plomo. La industria del plomo ha sido la principal fuente de trabajo y de ingresos de esta ciudad ubicada sobre la costa del Océano Pací­fico oriental, desde el año 1930. El descontrol absoluto sobre los desechos minerales -especialmente, plomo y arsénico- ha causado la contaminación del agua y las tierras locales. Lo más grave es que los pobladores de Rudnaya Pristan están totalmente desinformados e ignoran por completo los riesgos y consecuencias de su situación. Por ejemplo, es frecuente encontrar jardines en donde se utiliza como macetas a viejas carcazas de baterí­as de submarinos.


Fuente: http://blog.nuestroclima.com/?p=183

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